martes, 1 de abril de 2014

Cromosomas sintéticos

¿Es posible que la vida esté en las manos del ser humano? Parece ser que la película de los X-men no queda tan lejos de la realidad como se esperaba y para ello hemos dado el primer paso creando un cromosoma artificial. En este caso dicho cromosoma se ha experimentado con levaduras, microorganismo muy útil en la industria alimenticia, principalmente. 

La creación de este cromosoma, conocido como SynIII, conllevó el diseño de 273.871 pares de bases de ADN, muchas menos de la que posee un cromosoma original. Además, los científicos eliminaron numerosas secciones de ADN basura, que no codifica ninguna proteína, e insertaron en su lugar una serie de genes que hacen que la levadura realice las actividades para la cual ha sido diseñada. En este primer caso, se ha experimentado con una levadura que produce el componente de un fármaco contra la malaria.

Una vez que el cromosoma le fue implantado a la levadura, los científicos esperaron hasta que ésta llevase a cabo la reproducción celular para verificar así la prueba de viabilidad.

Dejando a tras las cuestiones bioéticas, es un avance que si el ser humano es capaz de sacarle partido al máximo, puede revolucionar el mundo de la medicina e incluso el mercado, lanzando nuevos productos con más y mejores propiedades.

Tecnologías en el campo de la medicina

Un poco tarde quizás para presentar esta entrada, aunque esta noticia ha revolucionado el mundo de la medicina. Me refiero al cráneo diseñado a través de una impresora 3D que le ha sido implantado a una mujer que padecía una patología la cual le provocaba el crecimiento de los huesos craneales hasta niveles en los que llegaba a sufrir pérdidas de visión e intensos dolores de cabeza.

El Hospital Universitario de Utrecht (Holanda) ha sido el protagonista de este revolucionario avance en
la medicina. El paciente, una mujer holandesa de unos 22 años, que padecía craneosinostosis estuvo sometido a una intervención que duró aproximadamente unas 23 horas, a manos del cirujano Bon Berweij.

Lo increíble de esta intervención es cómo han conseguido trabajar en una de las zonas más delicadas del cuerpo humano tanto tiempo y combinando la destreza de la medicina con los nuevos avances tecnológicos. A través de una serie de resonancias magnéticas, se ha obtenido un diseño virtual del cráneo del paciente, con lo cual al colocárselo le quedaba "como anillo en dedo".

No solo este cráneo ha sido el único diseño de las impresoras 3D relacionado con la medicina; también podemos encontrar el caso de un joven que sufrió un accidente y su rostro quedó desfigurado y gracias a la impresión exacta de los huesos que le tenían que recomponer ha logrado hacer su vida normal. Al igual que un niño que nació con una malformación en la mano. Su padre logró hacerle un diseño muy práctico con el que el niño ya no era diferente a los demás.