El VIH son las siglas que determinan el virus de la inmunodeficiencia humana. Lo que hace el VIH , es básicamente dañar o matar a las células del sistema inmunológico del organismo, por lo que en ese caso somos más vulnerables a contraer enfermedades. Se conoce comúnmente como SIDA (Síndrome e Inmunodeficiencia Adquirida), aunque no debemos confundir ambos términos ya que el VIH es el virus que causa la enfermedad y el SIDA es un estadio avanzado de la enfermedad.
El VIH se puede transmitir de varias formas, la más común es través de las relaciones sexuales con una persona infectada, sin uso previo del preservativo. A través de la sangre, hay que tener especial cuidado con el uso de agujas u otros elementos que puedan penetrar en nuestra piel y que hayan tenido un uso colectivo sin haber sido esterilizados antes. También se pueden transmitir de forma perinatal, es decir, una madre puede trasmitir a su hijo el virus durante el embarazo o el parto.
Una vez que se contrae la enfermedad los primeros síntomas que se manifiestan son muy similares a los de la mononucleosis: fiebre, inflamación de los ganglios, malestar general... Después de un tiempo, los síntomas desaparecen y la persona se queda asintomática durante un periodo de tiempo que puede ser desde un mes hasta un año. Transcurrido este periodo de hibernación aparecen unos síntomas más inusuales: fiebres, sudores nocturno, linfadenopatía... Hasta que finalmente el paciente experimenta tuberculosis pulmonar, diarrea crónica, distintos tipos de displasias... Si no se trata o se diagnostica a tiempo el paciente puede fallecer.
Ahora bien, cómo podemos saber si hemos contraído el VIH o no, ante estos síntomas, pues bien, es tan sencillo como hacerse un análisis de sangre. No existe otra prueba que pueda dictaminar la presencia de este virus. Por desgracia no existe ninguna cura, pero nosotros tenemos en nuestras manos combatir la enfermedad, llevando una vida en condiciones higiénicas optimas, usando el preservativo y siempre tener de cuidado de no usar una jeringuilla ya usada anteriormente.
En los últimos años la medicina ha experimentado importantes avances. Lo que era impensable hace diez o veinte años se está convirtiendo ya en una realidad. Por ejemplo, en este caso me gustaría hablar de las células madre. Para empezar definamos qué son las células madre: son todas aquellas células presentes en nuestro organismo, que por decirlo de algún modo, son células comodín, es decir, dan lugar a cualquier otro tipo de célula y por tanto, una vez transformadas, puede especializarse. Son muy útiles a la hora de regenerar tejidos u órganos. Otra de sus características es que pueden dar lugar a más células madres a partir de la mitosis. Las células madres las podemos encontrar en diferentes zonas de nuestro organismo: en la médula ósea, en el cordón umbilical, en la pulpa dental, en el tejido adiposo y en el líquido amniótico.
Hay 4 tipos de células madre según su potencia:
Totipotentes: pueden formar todos los tipos de células, por excelencia es el cigoto (2n: diploide) la célula madre totipotente.
Pluripotentes: se encuentran en distintas etapas del desarrollo embrionario. No pueden regenerar todo tipo de células, como en el caso de las totipotentes. Se pueden extraer de los gametos masculinos y femeninos (espermatozoides y óvulos).
Multipotentes: son aquellas que únicamente pueden regenerar células de su misma capa de origen embrionario, es decir, las células madre de la médula ósea, darán lugar a miocitos, adipocitos u osteocitos, entre otras.
Unipotentes: también llamadas células progenitoras, solo dan lugar a un tipo de célula, por ejemplo, las células madres musculares.
Obtención de células madre.
Animación en la que podemos observar con facilidad como se obtienen las células madre en los laboratorios.
iPS o células madre pluripotentes inducidas.
Presentan propiedades semejantes a las células madre embrionarias, pero no provienen de un embrión. Se obtienen de las células somáticas del propio paciente, por lo que no presentan ninguna contradicción ética al respecto. Estas células, podrían ser devueltas de nuevo al paciente con toda la seguridad de que no habrá rechazo alguno.
Tratamientos con células madre.
Generalmente los tratamientos que se llevan a cabo a través de células madre se hacen mediante un trasplante de dichas células. Hoy en día, los científicos no aseguran al 100% la efectividad de estos tratamiento ya que todavía falta mucho por descubrir sobre estas pequeñas amigas. Uno de los ejemplos más comunes es el trasplante de médula ósea. Por un momento, imaginemos que sacamos el máximo partido de las células madre y que podemos emplearlas en cualquier tipo de cura, sería fantástico. Un enfermo de alzheimer, parkinson u otros problemas neurológicos se curaría sin más; lo que pondría fin al problema de que las neuronas, que son células que no se pueden regenerar, lo hiciesen sin más. Un paciente que presenta la médula espinal seccionada por un accidente de tráfico, no tendría que pensar en la silla de ruedas, sino en sacar del "congelador" el cordón umbilical de su madre. En el siguiente link encontraréis una serie de patologías que se pueden curar con células madre.
El uso de las células madre conlleva en la sociedad actual un debate ético, hablaríamos de bioética, ya que se experimenta con embriones humanos y tejido cadavérico fetal. El movimiento Pro-Life, que protege la integridad de los embriones humanos, se encuentra en total oposición a las investigaciones médicas relacionadas con este tema. Por otro lado, los científicos, alegan que a partir de estos estudios se podría obtener la solución para numerosas enfermedades, sobre todo para las enfermedades degenerativas.
Desde mi punto de vista, aunque el fin no justifique los medios, si tenemos en nuestras manos la posibilidad de investigar y sacar partido de las células madre para un beneficio futuro, por qué no hemos de hacerlo. Y si en un futuro un individuo que había sido un embrión de laboratorio, que no sufrió ningún experimento, enfermase de una grave enfermedad y necesitase una cura urgente, creen qué en ese momento, si fuera embrión de nuevo, no se dejaría experimentar para salvar otras vidas. Desde luego es una entre muchas más opiniones, y usted lector puede opinar libremente sobre el tema.
El mundo de la medicina ha evolucionado de forma drástica en los último años. Desde la primera vacuna contra la viruela hasta los novedosos trasplantes de órganos y experimentos con células madres, la medicina ha sido unos de los principales referentes del ser humano. No obstante, cabe desatacar que los avances tecnológicos han sido un buen sustento para ello. En el siguiente blog, me dirijo a vosotros lectores, para mostraros desde un punto de vista, un tanto juvenil, el significado de la medicina y sus avances.